Lo que se debe y no se debe hacer en la participación de los padres en los deportes juveniles
Los padres desempeñan un papel fundamental a la hora de dar forma positiva a la experiencia deportiva de un niño o de influir negativamente en el resultado. Los padres deben ayudar a sus hijos a descubrir la diversión de las actividades, por qué es importante aprender los fundamentos básicos y cómo demostrar un buen espíritu deportivo.
Demostrar calidez, compasión y estar en sintonía empática con los deseos, miedos y frustraciones de su hijo es tan necesario como aprender las habilidades atléticas.
La participación en deportes organizados permite que el niño obtenga muchos beneficios positivos, como:
- Desarrollar nuevas habilidades físicas, fortalecer la motricidad y mejorar la coordinación.
- Experimentar la alegría de participar intentándolo y siendo un jugador de equipo.
- Trabajar para lograr el dominio y sentirse competente y seguro.
- Permitir que un niño sueñe.
- Aprender a manejar la adversidad y aceptar la derrota ya que nadie gana todo el tiempo.
Mostrar respeto a las figuras de autoridad (entrenadores y árbitros), ser considerado con los compañeros de equipo (ya que existirán diferencias físicas, culturales o religiosas) y mostrar honestidad (tomar la decisión correcta versus hacer trampa).
Por supuesto, los padres primero deben estar dispuestos a comprometerse con esta responsabilidad porque son ellos quienes dedican su tiempo, como conducir a las prácticas, continuar el desarrollo de habilidades practicando en casa o en el parque y asistir a los juegos, además de dinero, como proporcionando equipo, uniformes, cuotas de la liga, fotografías del equipo y refrigerios.
Además, en estos primeros años de desarrollo de habilidades atléticas, ningún joven puede recordar siempre su papel, las reglas o incluso ejecutar con éxito el juego requerido. Haga su parte para responder adecuadamente a sus sentimientos de ansiedad, miedo o enojo. Para algunos jóvenes, aceptar la derrota es difícil y su hijo necesitará ayuda para sobrellevar el dolor de perder y sentirse triste, enojado o desanimado.
Según la Alianza Nacional de Deportes Juveniles https://www.nays.org/ y otros, más de 35 millones de niños practican deportes organizados; sin embargo, a los trece años aproximadamente el 70% abandona los estudios. Esta falta de participación en deportes genera otras preocupaciones, como un mayor riesgo de obesidad, habilidades interpersonales y sociales menos desarrolladas o una menor autoimagen. Hay muchas razones de desarrollo por las que un niño puede abandonar un deporte, como querer probar algo diferente, ya no divertirse, no estar atléticamente preparado para ese deporte o tener una mala experiencia como entrenador o en equipo. Su escucha atenta puede evitar la partida prematura de su hijo.
Durante los primeros años, es importante estar en sintonía con las comunicaciones no verbales, el tono de voz, las expresiones faciales y el lenguaje corporal de su hijo. Es posible que las palabras no cuenten toda la historia. Los gestos pueden decir más sobre lo que sucede dentro de la mente de su hijo. Por ejemplo, ponerse la gorra de béisbol sobre los ojos mientras sale del campo de juego con los hombros caídos dice mucho. También lo hace un dolor de estómago recurrente, que podría ser otra forma de decir: "No quiero jugar".
Es útil recordarle a su hijo que ganar no crea un ganador ni perder crea un perdedor. El foco siempre debe estar en el esfuerzo, no en el resultado. El objetivo es animar a su hijo a hacer lo mejor que pueda, ya que el esfuerzo está bajo su control.
Qué puedes hacer:
Discuta la importancia de perseverar y no darse por vencido. Incluso después de una pérdida dolorosa, siempre puedes encontrar algo constructivo que decirle a tu hijo. Felicitar un esfuerzo sostenido de principio a fin o reconocer el apoyo rah-rah a los compañeros de equipo mientras se está sentado en el banco ofrece reconocimiento tanto de las contribuciones activas como pasivas.
Ayude a su hijo a aprender a ser un perdedor amable. Recuerde a su hijo que existen numerosos factores que influyen; desde externas (mal tiempo, malas condiciones de juego) hasta otras de mala suerte o variables humanas (como un rebote desafortunado o una llamada perdida)
Intenta no:
Sea demasiado crítico, crítico o imponga presiones poco realistas. Esto no sólo es injusto para su hijo, sino que con demasiada frecuencia termina arruinando una experiencia deportiva juvenil positiva, ya que puede socavar la autoestima, reducir el entusiasmo o el deseo de participar.
la comida para llevar
Primero, conozca las fortalezas y debilidades de su hijo. Con honestidad, tacto y sinceridad absténgase de hacer comentarios hirientes innecesarios. Esto sólo perjudica a su hijo, su relación y el amor de su hijo por el juego.
Siempre existe la posibilidad de que algo impida que su hijo tenga una buena experiencia deportiva juvenil (es decir, un entrenador demasiado entusiasta, ser intimidado, sufrir una lesión o una conmoción cerebral), pero hay suficientes beneficios que vale la pena intentarlo al menos una vez.
Al brindarle el cuidado, la orientación y la comprensión adecuados, además de brindarle apoyo, alentarlo y ser realista, es probable que su hijo encuentre la diversión y muchos de los beneficios del deporte juvenil. Además, su hijo llevará en su interior la sensación de ser amado y valorado, algo que perdura mucho más allá de cualquier juego.